UNO DE LOS NUESTROS

Aunque Robert Hughes, al igual que pasara con Warhol, le dio una buena manita de ostias a Basquiat en su artículo Requiem por un peso pluma. No he cambiado mi opinión sobre este artista.  Le faltó tiempo para crecer, eso es evidente. Lo mismo que a muchos jóvenes de los horribles 80 le faltó tiempo para eso y para todo por culpa de un asesino en masa llamado heroína y cuyos daños globales, en número de victimas,  nadie se ha molestado aun en cuantificar. 
La obra de Basquiat, a día de hoy, deja dudando a la crítica mientras crece su valor en el afilado mundo del mercado del arte.

                Su pintura está cargada de la prisa del tiempo que le tocó vivir. Pero según Hughes carecía  de técnica. Yo creo que se puede morir de éxito como en el caso de Jean Michel Basquiat o de aburrimiento, por al abuso de la técnica, como el caso de .. en fin me voy a callar. Cuenta la primera novia de Basquiat que una tarde el artista pensó que si ya era un pintor famoso tenía que aprender a dibujar. De modo que bajo a la librería a buscar a uno de esos manuales tipo Parramón. Cuando menos quiso querer echarles ganas, como dicen en México. 

La evolución de la obra de Basquiat se puede ver en algunos pintores de este siglo. No en sus imitadores, que la verdad, es que dan pena. Pero si en algunos pintores importantes, aunque yo no me atrevería a decir cuáles (porque se puede liar parda) que la gente luego esnifa metafísica y autenticidad.

Solo diré uno, sirva de boutade. Picasso antes que Basquiat, en su última etapa era muy Basquiat. Esto lo comprobé en una de las salas del Museo Picasso de Málaga. Se lo dejo de tarea.

Por todo esto y “contra esto y aquello” y por supuesto porque le brotaba una maceta voladora de la cabeza; JMB con corona macetera siempre será uno de los nuestros. 

RGC