Pintando en el sur 

ADICTO A MÉXICO 

El gran  pecado de un artista es causar indiferencia. Al cesar lo que es del cesar hoy que  Jose Luis Cuevas tan cabrón como gran artista ha pasado a mejor vida.

La historia de Cuevas ha sido la de un gran creador con ese nivel de intensidad, de amor y odio, ego, rabia, hedonismo, dinero y colmillo bien haría falta en estos tiempos tan aburridos. El de Cuevas es un México que una vez conocí y que me temo se está perdiendo  en favor de esos habitantes de la nada, tipo Gabriel Orozco.

Yo soy adicto a México. México es una droga con la que uno sabe que después del subidón te puede llevar la chingada. Pero aun así te la tomas. México es el clásico ya no lo vuelvo a hacer más de los borrachos y que al día siguiente se lo vuelven a beber todo.Uno no puede desprenderse de México aunque México le haga heridas. 

Nunca pensé que iba a escribir algo así pero en ese México de tanto amor-odio no puede faltar la obra de Cuevas. Esa  obra descomunal que ha sido su pintura y su propia  vida.

Me tropecé con Cuevas una vez en Veracruz en el año 2009 en una conferencia que daba cada año y en donde contaba lo de siempre. Aquello del accidente de avión y como dios tuvo a bien salvarle únicamente a él la vida y a los demás pasajeros  que no eran pintores y si lo eran no eran tan buenos como él  se los cargó el payaso. Luego de Borges viendo una de sus exposiciones, sí , he dicho Borges, porque a sus exposiciones iban hasta los ciegos.

Yo iba por un vino y Cuevas venía de agarrar uno canapé arrastrando los pies y ene brava un sonido sordo de alpargata por lo que no lo escuché y el choque de egos fue enorme y frontal. El no se disculpó y por supuesto yo tampoco. Al rato alguien me dijo- ahí está José Luis ¿no lo quieres conocer?

El gran pecado de un artista es causar indiferencia, Cuevas no era para nada un pecador, es más habría que elevarlo a la categoría de “santo”.

Roberto Gutiérrez Currás